Siempre ha tenido una conexión con muchas de las disciplinas artísticas, y de una forma u otra, mientras estudiaba el Grado de Historia e iba los veranos a excavaciones arqueológicas, encontraba tiempo para escribir, cantar, pintar, bailar, etc.

La fotografía la ha acompañado desde que era pequeña. La cámara era su fiel compañera de aventuras, con la que podía captar la naturaleza, los animales, cualquier detalle que despertara su curiosidad. Con el paso del tiempo, se dio cuenta de que aquello no era un simple entretenimiento, sino una forma de expresar quien era.

Durante la pandemia, su lado artístico dejó de estar en un segundo plano y consiguió entender lo importante que es el arte. “Representar emociones, ideas,… ese universo que tenemos dentro, tan inmenso, que cuesta entenderlo” son algunas de las premisas por las que considera que necesitamos el arte, “para ser lo que realmente somos”.

Actualmente, tras comenzar la preparación de su segundo cortometraje, está aprendiendo a realizar fotografías con personas, algo distinto a sus anteriores trabajos. Asegura no volver a dejar de lado el arte, porque sería dejarse de lado a sí misma.